Bueno, después de mucho pensar creo que me voy a lanzar en esta nueva aventura...
No sé si voy a saber hacerlo, no sé si sabré que contar o como hacerlo, o si? lo descubriremos poco a poco.
Para empezar una pequeña y tonta anécdota.
Y es que un día que iba a ser un tanto triste y oscuro, el gesto de una persona desconocida me hizo sonreír...
Estaba esperando, como casi siempre, en la barandilla que está al lado del metro para entrar a trabajar (6:45 de la mañana...) un poco triste y entonces apareció una señora de unos 50 años. Se paró frente al paso de cebra, me miró, metió la mano en su bolso; por alguna extraña razón que aún no alcanzo a entender me tenía realmente intrigada. Y así, de repente, sacó ese maravilloso frasquito de hacer pompas con el que todos hemos pasado grandes ratos en algún momento de nuestra vida. Comenzó a llenar esa calle Génova vacía a esas horas de pompitas brillantes bajo las farolas...lo mejor de todo? la inmensa sonrisa que tenía, la inmensa sonrisa que logró sacarme en lo que iba a ser un día un tanto triste y oscuro...
Espero leer más de estas grandes anécdotas,y muchas cosas más. :D
ResponderEliminarSiempre ahi...gracias rubia!
ResponderEliminarA ti por compartir!
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